
En el último día de su visita a Irlanda el Papa Francisco rezó por la “curación” de las víctimas de abuso cometidos por miembros del clero en el país, a quienes, dijo, se les dejó “una cicatriz de recuerdos dolorosos”.
En el último día de su visita a Irlanda el Papa Francisco rezó por la “curación” de las víctimas de abuso cometidos por miembros del clero en el país, a quienes, dijo, se les dejó “una cicatriz de recuerdos dolorosos”. Pero luego de que el sábado había admitido que la Iglesia irlandesa “fracasó” en las últimas décadas para detener la catarata de casos, ayer la elogió por “la honestidad y la integridad” con la que está afrontando actualmente la prevención y la atención de las secuelas de este flagelo. Al punto que consideró que ella “puede ofrecer a toda la sociedad un ejemplo y una llamada”.
Francisco vino a Irlanda para presidir una nueva edición del Encuentro Mundial de las Familias, un mega evento que la Iglesia realiza cada tres años en una ciudad distintas con el fin de promover una institución que considera clave. Pero su paso por estas tierras (de apenas 34 horas) estuvo signado por los casos de abuso sexual, ya que Irlanda fue uno de los países más afectados y porque un espeluznante informe reciente de la Justicia de Estados Unidos reactualizó el tema. Además de que potenció reclamos como que la Iglesia no sólo expulse a los curas abusadores, sino también a los obispos encubridores.
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