
La Conmebol anunció que la Copa América no se jugará en Argentina a tan sólo 13 días del inicio del certamen y en medio de las presiones del kirchnerismo a la Rosada para suspender el evento.
«La Conmebol informa que en atención a las circunstancias presentes ha resuelto suspender la organización de la Copa América en Argentina. La Conmebol analiza la oferta de otros países que mostraron interés en albergar el torneo continental», indicó el texto publicado por el máximo ente del fútbol sudamericano en sus canales oficiales de comunicación.
Como adelantó LPO, luego de que Colombia se bajara de la organización conjunta con Argentina, el kirchnerismo presionaba al presidente para que no aceptara ser sede ante la alarmante situación sanitaria.
Pese a las presiones, Alberto había recibido el jueves al titular de Conmebol, Alejandro Domínguez, para entregarle el protocolo sanitario que debía cumplirse durante el torneo. La ministra de Salud, Carla Vizzotti, había dado una suerte de visto bueno al decir que «recibir 1200 personas con un protocolo muy estricto no es una situación epidemiológica de gran relevancia».
En Conmebol sin embargo tomaron el protocolo como demasiado estricto y no faltaron quienes creyeron que sus requisitos rígidos, como el de exigir que las 1200 personas que participarían del evento estuvieran vacunadas, era una martingala del Gobierno para que el organismo sudamericano retirara la sede sin que fuera el propio Ejecutivo el que tuviera que renunciar a ser anfitrión.
Como sea, el anuncio se dio minutos después de las declaraciones de uno de los principales referentes del kirchnerismo. Apenas minutos antes del comunicado de Conmebol, el ministro del Interior, Eduardo «Wado» De Pedro, había advertido durante una entrevista en el canal C5N que veía «muy difícil» que Argentina pudiera organizar el torneo.
«Estuve conversando hoy con el presidente Alberto Fernández sobre la situación sanitaria de todas las jurisdicciones, y en particular de Buenos Aires, Tucumán, Mendoza, Córdoba y Santa Fe, y siendo coherentes con el cuidado de la salud vemos que es muy difícil que se juegue la Copa América en nuestro país», dijo Wado.
La Conmebol quiso anticiparse a un posible anuncio de Alberto, que se especulaba para el lunes y dio de baja por su propia cuenta a Argentina, sin que el presidente pudiera haber hecho alguna declaración.
Una vez caídas entonces las sedes de Argentina y Colombia, que iban a compartir la organización del certamen ya en junio del año pasado, cuando el torneo fue suspendido también por la pandemia, surgieron en las últimas horas Chile y los Estados Unidos ofreciéndose para ser sedes, con el agregado de que además podían garantizar la presencia de público en los estadios.