El Gobierno espera que esta semana el directorio del Fondo Monetario Internacional apruebe la tercera revisión trimestral de metas y que a horas de la Navidad habilite el último desembolso del año, por unos USD 5.900 millones. En paralelo, en las dos semanas que le restan el 2022 el Ministerio de Economía deberá cerrar los últimos números para alcanzar las metas de acumulación de reservas y de recorte del déficit primario, los dos objetivos troncales del programa.
La agenda de los últimos días del año para el equipo económico estará marcada por la expectativa ante el último examen del FMI, que evaluará en su órgano máximo de decisión si el Poder Ejecutivo cumplió con los objetivos del programa en el tercer trimestre en sus aspectos vertebrales, que son el déficit primario, el acopio de divisas en el Banco Central y el tope a la emisión monetaria para financiar al Tesoro.
El Gobierno descuenta que esas metas serán aprobadas y que la discusión no será extensa sobre ese aspecto. La sesión del directorio se celebrará el próximo jueves. Así, la Casa Rosada se asegurará sobre el filo del vencimiento -las obligaciones de pago al Fondo Monetario por USD 2.800 millones están pautadas para ese mismo 22 de diciembre– contar con la última inyección de divisas a las arcas del BCRA. El monto que llegará a la entidad monetaria, de todas formas, terminará siendo menor en los próximos meses ya que la hoja de ruta de devolución del préstamo al Fondo prevé más pagos, por unos USD 3.300 millones más, entre enero y febrero.
Otro cantar será el debate sobre las metas del cuarto trimestre, un ida y vuelta que se inició ya en el último contacto técnico presencial que tuvieron los funcionarios argentinos en Washington con el staff del FMI a principios de noviembre. Las cifras finales todavía están abiertas, aunque en el equipo económico son optimistas en alcanzar las métricas previstas en la letra chica del acuerdo en la fecha de corte del 31 de diciembre.
A saber: el objetivo de acumulación de reservas en el BCRA deberá ser de al menos USD 5.000 millones. Es un número que experimentó algunas modificaciones a lo largo del año, que fueron reclamadas por el Gobierno por el efecto de deterioro que tuvo la guerra en Ucrania en la balanza comercial por un uso mayor de divisas para importar energía. Así, el perfil de acopio de dólares en las arcas pasó de USD 5.800 millones como meta final del año a ser rebajada a USD 5.000 millones. El ministro de Economía Sergio Massa planteó la semana pasada que el número neto quedaría a fin de diciembre en los USD 7.000 millones por la aceleración de liquidación del agro por el dólar soja y un swap con China que otorgará una porción para libre disponibilidad.
Así como el dólar soja terminó por convertirse en una medida central para poder acelerar el ingreso de dólares a las arcas internacionales y dar una señal de estabilidad cambiaria al mercado y de cumplimiento de las metas con el Fondo, ese esquema también implicaría la entrada de un monto mayor de derechos de exportación, lo que daría algo de aire fiscal a la Secretaría de Hacienda justo en un momento del año en que lo necesita: por cuestiones estacionales, todos los diciembres son fuertemente expansivos para el gasto público y este año no será la excepción. Esa mayor cantidad de retenciones, sumado a otros $80.000 millones de anticipo de Ganancias para un grupo de grandes empresas que cobrará la AFIP a lo largo de este mes podría preparar el terreno también para alcanzar la meta de reducción del rojo fiscal primario -es decir, sin contar el pago de intereses de deuda- hasta el prometido 2,5% del PBI.
Los datos oficiales sólo dan pistas sobre cómo transcurrió el último tramo del año en relación al gasto público y el déficit hasta octubre. Este jueves, sin ir más lejos, Hacienda publicará la información de noviembre. Un semáforo de cumplimiento de las metas que elabora la consultora PxQ de Emmanuel Álvarez Agis mostró que “a octubre el déficit acumulado era de 1,5%, con lo cual, basándonos en las proyecciones del acuerdo, el déficit de noviembre y diciembre no debería superar el 1% del PBI”.
Y en ese plano, explicó que “históricamente diciembre suele ser el mes con mayor déficit del año. Tomando los últimos 6 años, el promedio fue de un déficit primario de 0,92% del PBI. El dólar soja 2 podría ayudar a achicar el déficit de diciembre gracias al incremento de la recaudación por derechos de exportación”. Para la misma consultora, el objetivo de reservas estaba, hacia fines de noviembre, a una distancia de USD 1.660 millones en relación a los USD 5.000 millones necesarios.
Por último, la meta de tope a la emisión monetaria para financiar al Tesoro aparece, con los números actuales, con luz verde de cara al cierre del año. Ese techo establecido con el FMI es de $654.000 millones, y hasta fines de noviembre el acumulado era de $620.051 millones, con lo cual todavía habría un margen, leve, de casi $34.000 millones, según estimaciones de PxQ.
“Diciembre plantea un desafío para el cumplimiento del compromiso del BCRA. Por un lado, el déficit será el más alto del año por cuestiones estacionales. Desde que asumió Massa, el BCRA mantuvo el compromiso de no financiar al Tesoro. Esto fue posible gracias a la reducción del déficit primario y a la buena performance del Tesoro en las licitaciones de deuda en pesos”, planteó PxQ.
El discutido recorte del déficit primario acordado con el FMI, si bien solo cuenta con datos oficiales hasta octubre, se puede avizorar con algunas proyecciones más adelantadas que hacen desde consultoras y centros de estudios. La Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC), por ejemplo, midió que noviembre fue el mes en que más se contrajo el gasto público: fue de 27,7% en comparación con el mismo mes del año anterior. Fue, en ese sentido, el mes de freno más marcado al gasto. En agosto, por ejemplo, el recorte había sido de 20,4% interanual y se sostenía como la cifra más alta hasta el momento. De esta forma, en los meses de mandato de Massa en el Palacio de Hacienda el ajuste del gasto en términos reales fue de 18,8%, mientras en los primeros seis meses del año venía con una expansión de 12,5 por ciento.
Más anticipado aún, un informe de Analytica estimó que en la primera semana de diciembre “el gasto primario real fue 23,9% inferior respecto de igual semana de noviembre, y 52,1% de un año atrás. Respecto a igual período de 2021 se observa que la variación negativa es homogénea entre partidas. Se destaca la brusca caída en obra pública debido a que en el año previo hubo una fuerte aceleración del gasto en estas partidas durante el último trimestre, mientras en el año corriente prima la lógica de ajuste”.
Para el director de la consultora Quantum, ex secretario de Finanzas y actual asesor del Ministerio de Economía en temas de mercado de capitales y deuda pública, Daniel Marx, las metas son cumplibles con las condiciones actuales. Respecto a las reservas, dijo que “el dólar soja está ayudando. Otro que se espera es el desembolso de organismos internacionales de crédito, fundamentalmente el FMI mismo. Eso haría factible cumplir la meta. Si se demora, el mismo Fondo va a reconocer que ellos serían el factor de la demora”, mencionó.
Y sobre la meta fiscal, aseguró que “se está llegando” al objetivo. “El dólar soja 2 adelanta ingresos de retenciones por exportaciones. Veo cumplible la meta. El asunto más complejo va a ser el 2023. Parte de los cumplimientos que se logran ahora no necesariamente se van a repetir en el año próximo”, afirmó en diálogo con FM Milenium. “Va a ser un dilema complicado para el mismo Gobierno. Si hace un ‘Plan Platita 2′ se va a encontrar con una suba en la inflación y eso no es favorable electoralmente. Va a haber una tensión, presiones para aumentar el gasto y la situación es más frágil que en otras circunstancias”, concluyó.