El mandatario buscó despejar dudas tanto con definiciones sobre los puntos centrales de su estrategia, como echándole la culpa de ello a una supuesta “mano negra” y un “plan desestabilizador” de su rival en el balotaje.
El presidente Javier Milei tuvo esta semana una actividad pública de alto perfil, con el lanzamiento del Pacto de Mayo, que incluye a una decena de políticas públicas con las que busca consenso con los gobernadores, el Congreso y fuerzas políticas, empresariales y sindicales; y un sugestivo y esperado avance de las definiciones económicas, especialmente sobre su prometido anuncio electoral de liberar el cepo cambiario, que podría ocurrir recién el año próximo.
Dos semanas atrás, a horas de sancionarse la Ley de Bases en la Cámara de Diputados, Milei había considerado esa aprobación legislativa como un paso “fundamental” para ejecutar las ideas libertarias y, por eso, anunció la “Fase 2” de la economía, pero a esa declaración le siguió una conferencia de prensa del ministro de Economía, Luis Caputo, considerada “confusa” por los mercados e incluso por economistas liberales como Fausto Spotorno, por ese entonces todavía asesor presidencial.
El anuncio de Caputo, calificado de “poco claro” e innecesario” sobre el pase al Tesoro de manera forzosa de la deuda en manos de los bancos, denominada “PUTs”, despertó especulaciones y nerviosismo en los mercados y el lunes siguiente aumentó el riesgo país y el dólar blue, y se encendieron las alarmas. Pero esta semana Milei buscó despejarlas, tanto con definiciones sobre los puntos centrales de su estrategia, como echándole la culpa de ello a una supuesta “mano negra” y un “plan desestabilizador” del excandidato presidencial neoperonista Sergio Massa, a través del Banco Macro.
Respecto de la restricción a la compra y venta de dólares estadounidenses u otra moneda extranjera a las personas y empresas -medida a la que había puesto fin el expresidente Mauricio Macri en el inicio de su mandato, en 2015, pero que reinstaló cuatro años después, en el fin de su gobierno, tras perder categóricamente en las elecciones frente al peronista Alberto Fernández– el presidente afirmó: “Se tienen que dar tres condiciones en conjunto… Terminar con los pasivos remunerados, terminar con los PUTs y convergencia de la inflación con la de devaluación en un entorno cercano a cero mensual…”.
Los pasivos remunerados son los que los bancos pagan al público por sus depósitos, mientras que un “PUT” es una opción de venta que da a su dueño el derecho -pero no la obligación- de vender un activo subyacente a un precio predeterminado dentro de un período específico.
En el contexto económico de los bancos de Argentina, esos PUTs están relacionados con títulos de deuda soberana emitidos en pesos.
Los bancos tienen la opción de vender esos bonos al Banco Central si su valor cae por debajo de un cierto nivel y eso actúa como una suerte de seguro, garantizando que los bancos no sufrirán pérdidas significativas si los bonos pierden valor.
El tercer ingrediente necesario para eliminar el cepo cambiario, según Milei, es un elemento central para la macroeconomía: una convergencia de la inflación con la devaluación del tipo de cambio oficial “en un entorno cercano al cero mensual”, algo que hoy está lejos.
De esa forma, el jefe de Estado avanzó con mayor profundidad respecto del futuro de la economía y de promesas electorales como poner fin al control cambiario, un mal de la economía argentina que impusieron varios gobiernos desde 1931, cuando el expresidente José Félix Uriburu inauguró esa modalidad.
Efectivamente, eliminar la restricción cambiaria fue uno de los caballitos de batalla de la campaña electoral de La Libertad Avanza, al igual que bajar la inflación y, también, cerrar el Banco Central e implementar la dolarización
Quizá el más avanzado de ellos sea el de la inflación, que está bajando y orillando ya el 5%, pero Milei asegura que aún no están dadas las condiciones para suprimir la restricción y, sin bien afirma que aún está en la “mira” el cierre del Banco Central, ya no es tan tajante como antes del 10 de diciembre, cuando asumió la presidencia.